-¿ Ya llegò Castillo?-pregunta-
ba con su voz de trueno Ariel Contreras, profesor de Expresiòn verbal,materia correspondiente a Literatura Dramàtica y teatro, de la Fac de Filos.
Corrìa el año...1981, los alumnos tomàbamos la clase en el Teatro Nuevo a las ocho de la mañana, terminaba a las diez esta clase. Entonces llegaba Julio Castillo, quien ya era una leyenda, para impartir un taller de actuaciòn a alumnos del departamento de teatro. Este taller terminò con la puesta en escena de Las armas blancas...quizà año y medio despuès. Los integrantes de la puesta anduvieron penando pues no hallaban apoyo, recuerdo que en una entrevista Castillo dijo que iban a estar en El Galeòn(el verdadero,claro està). Ahì los actores a quienes no les tocaba entrar en escena aùn, estarìan en lo alto mirando lo que sucedìa en el escenario, como si fuesen buitres y cuando entraban a escena lo harìan descendiendo a travès de poleas, segùn decìa Castillo en la entrevista. Finalmente no se presentaron en El Galeòn y encontraron el sòtano de la Facultad de Arquitectura. Julio Castillo usò el sòtano en toda su dimensiòn, sin recortarlo. Nunca he podido olvidar ese manejo que Castillo le diò al espacio.
El abrecartas, La navaja y La daga fueron los tres cuadros que conformaron Las armas blancas, un montaje del cual el departamento de teatro de la Fac siempre se mostrò orgulloso.
Ese montaje fue el primero que vi de Rascòn Banda, creo que ya habìa leìdo Voces en el umbral...me parece que en la revista Repertorio.
Bueno, pues què decir de Rascòn Banda,serìa largo y siempre faltan palabras.
Quiero decir que nunca lo vi en persona, a diferencia de Aura,a quien le hablè muy brevemente en varias ocasiones, desde luego que si ahorita me viera no sabrìa ni quièn soy pero el recuerdo se me quedò. El señor fue amable las veces en que le hablè. Se fue el creador del Libro-Club en el DF. El creador de Salòn Calavera en el teatro de Hèroes del 47, creo que asì se llama la calle donde està o estaba ese teatro. No me olvido de còmo aparecìa Aura de maestro de ceremonias del cabaret. Excelente actor.
Hay imàgenes que quedan. Adiòs a los dos creadores y gracias por todo.
Mauricio Martìn
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