Desde la silla

Hola nuevamente a los vagabundos de la noche.

Los saludo en este lunes. Leo en las noticias que hubo por la tarde un atentado contra Isabel Miranda de Wallace. Es ya esta señora la heroìna del paìs, pues hace el trabajo que las ineptas policìas no quieren hacer.

Ràpidamente un jefe policìaco indicò ya que no fue intento de homicidio sino intento de robo. Yo no lo sè pero es comùn que estos sujetos a la primera ya sepan el mòvil del atentado.

La señora Wallace dijo que fue un atentado de parte de los secuestradores de su hijo. En fin, seguiremos viendo màs sobre la impunidad en estas tierras.

Pero como ven esto no tiene que ver con el dibujillo aquì presente. Esta imagen la tomo de un cuaderno de bocetos ....debe tener doce años de haber sido trazada. El dibujo fue mi compañero en años anteriores. Tener al dibujo como compañero hace màs placentera la vida.

Por las noches me ha acompañado el radio...ahora se le dice la radio.Es difìcil hallar algo bueno en la radio del Valle de Mèxico. Creo que la mayorìa de las estaciones se olvidan de los noctàmbulos y la llenan de porquerìa la mayorìa de las ocasiones. Pasan las dècadas y desde la muerte de Radio Educaciòn nada se le acerca. En otra ocasiòn me referirè a esta estaciòn y lo que significò para mì en mi juventud.

Los dejo, seguirè con mis caminatas por Ecatepec Sur por las tardes. Camino y camino y no veo a alguien que lleve un libro. En algo asì como cinco años, hallè a una mujer que leìa un libro mientras su chamaco jugaba en los columpios. Me parece que el lector navega en un desierto literario por el Valle.

Sòlo digo por ùltimo que las tardes en Ecatepec Sur me recuerdan las tardes de los años sesenta por mi colonia. Eran apacibles y la propia tarde permitìa que los caminante del asfalto notàramos que ya se iba. Eran tardes tranquilas en las colonias a que me refiero. Dècadas despuès son azotadas por la delincuencia y esas tardes tranquilas y bellas se han ido...tengo la confianza de que regresaràn.

Ah, ayer domingo comprè un librito llamado Los ùltimos dìas de Hitler,de

H.R. Trevor -Roper. Uf,què interesante està, le estuve dando toda la tarde, hasta interrumpì la lectura de El ùltimo vino, de Mary Renault.

Estoy oyendo Correcq` et reguyer, cantada por Edith Piaf. Esto de poder oìr discos en la computadora es maravilloso.

Saludos.

Mauricio Martìn