domingo, 8 de junio de 2008

Fondeseando



Hola, aquì nuevamente en este domingo semi-lluvioso.
Algunos de mis recuerdos sobre este cafè en La Condesa. Pero este cafetìn ya no existe.
Ahì se podìa hallar el cafè orgànico,realmente rico.
Muchos años me la pasè saltando de un cafè a otro por la Ciudad de Mèxico. He visto ir y venir gente.
Son encuentros y desencuentros.
Ahora que vivo fuera del DF, màs exacto es decir que en la llamada zona conurbada,me he hallado con la grata sorpresa de que por aquì tambièn hay cafetines. A veces no tienen la calidad de los de La Condesa o de los de Coyoacàn o que los del Centro, pero poco a poco se aprende.
Pienso que el cafetìn es muy amigo de la literatura, pues son ya varios los libracos cuya lectura fue acompañada por el aroma y el sabor de esta planta que dicen los que saben viene de Etiopìa (recuerden la leyenda de las cabras).
Otro compañero del cafè y la literatura es el tabaco. ¿Se dan cuenta? Una planta caribeña hace pareja con una planta africana para acompañar el papel y la tinta.
Y bueno, el papel ha provenido del àrbol la mayorìa de las ocasiones y la tinta ha escurrido del tronco de algùn àrbol generoso.
La ventaja de los cafetines del Edo. Mex. es que aquì los fumadores no son perseguidos como delincuentes por las absurdas leyes de derecha que ahora inventaron en el DF los que supuestamente son de izquierda.
En realidad parece extraño poder sacar tabaco frente a una taza de cafè pero cuando se està fuera del DF pues se disfruta el asunto. Pero por ahora dejemos este tema.
No canso a los lectores, regreso a caminar por la zona conurbada, piso el asfalto y la tierra con la sensaciòn que da el portar un par de zapatos nuevos. Lo que sucede es que durante muchos años sòlo he usado botines como de explorador. No sè porquè ,en realidad no me di cuenta de este detalle hasta hace poco.
Parece que el pie se acostumbra al calzado que se le ponga, de tal modo que me molestaba un poco al caminar pero sè que me acostumbrarè pronto.
Lo que no pude hallar fueron zapatos que tuvieran la suela como antes, de cuero.
Ahora sòlo hay de suela sintètica. ¿Què diferencia hay? Entre otras que me gusta escuchar el sonido de mis pasos por las noches vacìas.
Saludos.
Mauricio Martìn

1 comentario:

La Cordero dijo...

Maldita sea. Eso de que nos persigan a los fumadores en el DeFe no me gusta. Afortunadamente sobreviven cafecitos en la Condesa donde uno todavía puede sentarse a leer y fumar y tomar algo tranquilamente sin ser acosado. Quesque quieren ser muy europeos. Ja. Saludos.